El precio de no parar
Audio artículo de opinión publicado en Ràdio Capital el 22 de abril de 2020.
https://www.radiocapital.cat/el-preu-de-no-aturar-nos/ (en català)
Los pescadores ven más delfines que nunca, en las Illes Medes se divisan tiburones, sentimos los pájaros cantar, las ranas croan los días de lluvia y ciervos y zorros andan por las calles vacías de gente. Resulta evidente que cuando desaparece el hombre, la naturaleza hace acto de presencia. Solo hay que sacar la cabeza por la ventana.
Es interesante esta controversia, cuando los humanos estamos confinados en casa por miedo al peligro de contagiarnos, la fauna empieza a ocupar espacios humanizados por la carencia de peligro. Nos tendría que hacer pensar un poco todo esto.
La pregunta que se hace mucha gente es cómo hemos llegado hasta aquí. Siempre buscamos culpables y en este caso los principales candidatos son el COVID-19 y a los murciélagos por ser los presuntos transmisores del virus a los humanos. También se ha culpado a China, pero nos abstendremos de hablar de "fake news" y geopolítica. Nos equivocaríamos si no añadiéramos más candidatos a la lista de culpables. Los expertos en ecología de enfermedades avisan que cuando existe un ecosistema que no ha sido perturbado por los humanos, los patógenos se diluyen. En cambio, cuando se deforesta y fragmenta un espacio natural, hay especies —que junto con sus patógenos— empiezan a dominar; es aquí cuando se crea una zona de riesgo por el brote de una enfermedad. Es decir, es muy probable que nosotros y más concretamente la actividad humana seamos los culpables de la aparición de la maldita COVID-19. Y seguramente también de otras enfermedades infecciosas como el ébola, la gripe aviar, el mal de las vacas locas, etc.
Identificado el culpable, habría que tomar medidas para evitar nuevos episodios. Reducción de las emisiones de efecto invernadero, protección de espacios naturales, disminución de la fragmentación, prohibición de la venta de especies exóticas, consumo de proximidad, etc. Confinados cumplimos con la mayoría de estos requisitos, pero lejos de ser un cambio de paradigma vivimos un pequeño paréntesis en un sistema que no quiere pararse.
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